Ya tenemos nuevo Windows a la vista… muy lejana por cierto, ya que no se le espera hasta el último cuatrimestre de 2015. Y además, no será Windows 9, como parecía evidente: nadie sabe muy bien el porqué pero se llamará Windows 10.
Realmente lo que se ha publicado ha sido lo que se conoce como una Technical Preview; en cristiano, una versión muy muy verde todavía sólo apta para que los técnicos empiecen a echarle un vistazo. La idea oficial comunicada por Microsoft es que quieren, y piden encarecidamente, que la «comunidad» aporte ideas sobre lo que desearían tener en este nuevo sistema operativo, para contentar en lo máximo posible a los usuarios (tan descontentos con Windows 8). Sin embargo, mi opinión personal es que esa no es la razón verdadera; aquí dejo un post de hace pocas semanas con lo que pensaba, y pienso, al respecto.
Hay muchos artículos desgranando las nuevas características; por ejemplo, aquí, aquí y aquí. Mi intención no es hacer otro post con una descripción de estas novedades; me gustaría centrarme en lo que creo que es la gran apuesta de Microsoft con Windows 10: ¡LA CONVERGENCIA con todas la plataformas! Un único sistema operativo para todos los dispositivos.
Sí… el gran anuncio de Microsoft, no es ni la vuelta del Menú Inicio, ni los Escritorios Virtuales, ni la integración de las apps Metro en el escritorio tradicional, etc…(todas ellas muy importantes y que, en general, aplaudo). El gran anuncio, lo que todos esperábamos, lo realmente novedoso, es la promesa de Microsoft de que, por fin, Windows será un único sistema para PCs, tablets, híbridos, convertibles, smartphones e, incluso, su consola de juegos Xbox. En su presentación la palabra «One» aparecía por todos lados.
En enero de este año 2014, publicaba un post titulado «Hay que ser justos con Windows 8: el primer sistema convergente» dando mi opinión sobre lo que suponía Windows 8 como primer paso en esta carrera contrareloj para conseguir la tan deseada convergencia cross-plataform.
Desde este punto de vista hay que decir que en la versión publicada (Technical Preview) no se ven todavía las ventajas que esta supuesta convergencia traería a los usuarios de la plataforma Windows. Por ahora sólo es válida para PCs o híbridos; en otras palabras, para usuarios con teclado y ratón. Microsoft tiene un año para ir presentando las versiones para Smartphones y Tabletas; y lo tiene que hacer, y además muy bien, porque es la única forma de Microsoft consiga los tres objetivos, críticos para la compañía, que se han propuesto: (1) eliminar la imagen de que Windows 8 es un sistema prescindible para usuarios tradicionales de PCs, (2) competir en igualdad de condiciones, o empezar a hacerlo, en el mundo tablet con Google/Android y Apple/iPad, y por último, (3) conseguir que su plataforma Windows Phone para smartphones despegue de una vez y sea alternativa real a los dos grandes gigantes.
¡¡¡¡Peroooooo!!!!…. Microsoft no sólo tiene que hacer imperiosamente (lo ha prometido) un sistema operativo homogéneo para todos estos dispositivos; no sólo tiene que hacer que este sistema operativo único corra en dispositivos con un hardware tan heterogéneo; no sólo tiene que cambiar su política de comunicación y marketing para que los usuarios y los que toman decisiones en las empresas lo entiendan. Lo más importante es, sin duda, ofrecer a los desarrolladores unas herramientas unificadas, bien documentadas, para que éstos decidan apostar a que merece la pena invertir en construir aplicaciones para esta plataforma. ¿Si no hay aplicaciones de calidad para qué queremos un sistema operativo?
La clave es la convergencia… ¡estamos de acuerdo! Pero si Microsoft no escucha a la comunidad de desarrolladores y no invierte, y mucho, en proporcionar herramientas/frameworks/documentación/formación a los desarrolladores, entonces no habrá aplicaciones de calidad para este nuevo sistema y que funcionen cumpliendo las espectativas en todo este hardware tan variado. Conclusión: podría ser una convergencia fallida. Y a Microsoft no le quedan muchas «balas» para malgastar.
Nota técnica: Ahhhh… olvidaba decir, y para que se me entienda bien: ¡las universal apps o mejoran mucho, o no valen!