Hace pocos días Microsoft anunció que habrá una versión preliminar del nuevo Windows 9 a finales de septiembre de 2014. Este anuncio, no oficial aunque de fuentes creíbles, se hizo pocos días después de que la Update 2 de Windows 8.1 quedara finalmente en nada; Microsoft llevaba semanas anunciando un nuevo paquete de actualizaciones para Windows 8.1, y que este se liberaría en agosto. Estas actualizaciones quedaron prácticamente en nada más que las actualizaciones típicas de seguridad que se publican cada primer martes de cada mes.
¿A qué se debe este galimatías? ¿Por qué Microsoft quiere presentar ya Windows 9, a 10 meses de su salida final al mercado? ¿Por qué no introduce esas mejoras en Windows 8.1 y le llama Windows 8.2? Muy sencillo, Microsoft quiere, sí o sí, que el usuario corporativo y/o empresarial perciba que el escritorio Metro va a desaparecer de los PCs de escritorio, y que además será en breve. Todos sabemos que Windows 8 ha sido un fracaso en el ámbito de escritorio (PC desktop); el parche que supuso Windows 8.1 no ha sido suficiente. Las compañias no han dado su visto bueno a Windows 8 que está teniendo peores datos que Windows Vista (que ya es decir), y Microsoft no va a invertir nada en intentar salvar esa versión. Y todo esto no es más que una operación de marketing, porque Windows 9 es Windows 8 ciento por ciento al que se le añaden características que se acerquen más al escritorio tradicional.
Creo que realmente el problema es que Windows 7 se dejará de vender en Octubre 2014: ya no será posible comprar equipos con Windows 7 (que no cunda el pánico: el soporte extendido para Windows 7 se alargará probablemente hasta 2020). Hasta ahora esa era la «tabla de salvación» de Windows como sistema operativo para usuarios corporativos: se compran equipos pero se sigue instalando Windows 7, y esto se acaba en muy pocos meses (aunque no creo que finalmente sea así). Microsoft necesita mandar el mensaje que el nuevo Windows 9 habrá solventado los problemas que presenta Windows 8 y que los usuarios profesionales y corporativos estarán muy contentos con este nuevo sistema.
Según los rumores Windows 9 será lo suficientemente inteligente para saber en qué dispositivo se está instalando: así, si se instala en un tablet, se configurará automáticamente para el uso táctil; mientras que si se instala en un PC, se configurará para el escritorio tradicional optimizando el uso de aplicaciones «de toda la vida».
En definitiva: Microsoft acepta el fracaso de Windows 8, y por tanto tiene urgencia en que los usuarios vean el nuevo Windows 9 para que no huyan a otros sistemas. Pero, ¿qué pasará desde octubre que se deja de comercializar Windows 7 hasta que aparezca definitivamente Windows 9? Personalmente creo que los fabricantes de PCs podrán seguir instalando Windows 7… si no, al tiempo!!
Nota: creo que es importante, antes de que se critique esta opinión, leer lo que escribí hace unos meses sobre Windows 8. Resumiendo, para quien no quiera leer el enlace: Windows 8 me parece una apuesta innovadora, con riesgo, pero muy innovadora y que así hay que evaluarla.